Sí, en efecto, las dos fotos son de la misma pintura. Increíble, ¿no?
Una anamorfosis o anamorfismo es una deformación reversible de una imagen que fuerza al observador a un determinado punto de vista preestablecido o privilegiado, desde el que el elemento cobra una forma proporcionada y clara.
Su razonamiento es bastante simple. No consiste en más que proyectar oblicuamente la figura o escena deseada sobre el plano de dibujo, por lo que ésta resulta deformada. Sin embargo, si el observador sitúa su mirada en el centro de la perspectiva realizada, el ojo humano identifica la figura original y crea inmediatamente una imagen tridimensional virtual, que es el efecto óptico del que estamos tratando.
No obstante, el realizamiento no es para nada sencillo, pero existen artistas que la consiguen lograr con excelentes resultados, como Julian Beever o Eduardo Relero.
Cabe destacar que su uso es más antiguo de lo que pueda parecer en un principio, y muestra de ello es el cuadro Los embajadores, de Hans Holbein el Joven, en el cual la calavera de la parte central inferior sólo será vista si observamos el cuadro desde una perspectiva rasante.
También existen otras espectaculares variedades de anamorfismo, mediante el uso de espejos curvos o cilíndricos, como éste de Bernhard Riemann:
Aquí os dejamos más ejemplos en vídeo. ¡Disfrutadlos!